UAQ Investigación II
Catedrático: Lic. Jesús
Antonio Padilla
Alumnos: Amaru Guadalupe
Castillo Omar
Terrazas Lara Alfredo
Ya no creemos que salud y
enfermedad, normal y neurótico se separen entre sí tajantemente ni que unos
rasgos neuróticos deban apreciarse como prueba de una inferioridad general. Hoy
sabemos que los síntomas neuróticos son formaciones sustitutivas de ciertas
operaciones de represión que hemos consumado en el curso, de nuestro desarrollo
desde el ninfo hasta el hombre de cultura, que todos producimos esas
formaciones sustitutivas, y que sólo su numero, intensidad y su distribución
justifican el concepto práctico de la condición de enfermo y la inferencia de
una inferioridad constitucional. Pag 122 Tomo II S. Freud
Introducción
Como alumnos de psicología
clínica, es importante tener en cuenta, las diferentes visiones que existen de
enfermedad y en demasía por razones obvias las que atañen al psicoanálisis y a
la medicina.
El psicoanálisis estima a la
enfermedad donde un proceso funcional y dinámico, que a diferencia de la
medicina la lógica de la enfermedad es otra, ve al ser humano como un organismo
biológico y no cuestiona la enfermedad y su fin último es la finiquitación de
la misma. Las consideraciones de la medicina respecto a la enfermedad la miden
en crónica, aguda y ligera.
Aunque el psicoanálisis y la
medicina buscan un fin último en algunos casos similares la medicina no
visualiza el sistema psicológico del sujeto o como lo plantea M. Foucault en el
texto de Medicina Mental, donde se debe considerar la enfermedad en sus dos
dimensiones reales, tanto psicológicas y orgánicas.
Para la medicina, la experiencia de la
enfermedad, se puede resumir en 5 posiciones distintas. La primera es la
experimentación de síntoma, a partir de este momento el paciente asume su papel
de enfermo que es la segunda posición, la siguiente el paciente toma contacto
con el médico y manifiesta su padecer lo cual sigue una dependencia hacia el
médico, la rehabilitación del paciente; por
último el paciente abandona su papel de enfermo.
La medicina define a la
enfermedad como una esencia natural y no contranatural que se manifiesta en
síntomas específicos a la vez evidencias a la enfermedad. La medicina considera
que la enfermedad es independiente de cualquier proceso normal del sujeto, es
decir la funcionalidad total del sujeto no se ve afecta, a diferencia del
psicoanálisis, el trastorno mental psíquico, se entrama en la vida del sujeto,
decimos pues que el síntoma cobra sentido.
Maud Mannoni no nos habla
claramente del concepto enfermedad pero menciona que el psicoanalista intentará
ayudar al “otro” a buscarlo en otra parte y no allí donde se nos presenta, es
decir franquear un acceso hacia su propio inconsciente. Por otro lado debe
cuestionar el deseo para lograr un fin.
El medio utilizado es que el
deseo pueda ser simbolizado, es decir, que algo que se organice en
relación con una palabra y permita en el
sujeto la creación del discurso inconsciente con su efecto de sentido.
En la lectura que se realiza
de M. Mannoni resalta a partir de su orientación teórica psicoanalítica que el sujeto enfermo
a partir de sus relaciones más tempranas con el Otro.
Un análisis solo es válido
cuando es el producto de una demanda.
Es importante señalar que: Es a partir de sus relaciones con el Otro; cuando estas relaciones se convierten
en traumática para el sujeto, tratará de olvidar voluntariamente el suceso,
esto puede conducir a la creación de un síntoma o varios, produciendo una
enfermedad. La evasión de la realidad del suceso traumático, ese no
enfrentarse, se traduce en síntoma.
Michel
Foucault
El beneficio que el enfermo
encuentra en negar su presente refugiándose en la enfermedad reside en su
necesidad de defenderse de este presente. La enfermedad engloba al conjunto de
las reacciones de huida y de defensa mediante las cuales el enfermo responde a
la situación en la que se encuentra.
Ana
Freud
Mecanismos de defensa
El histérico utiliza
sobretodo la represión sustrae a la conciencia todas las representaciones
sexuales; como medida de protección rompe la continuidad psicológica y en sus
síncopes psíquicos aparece la inconsciencia, el olvido, la indiferencia que
constituyen su aparente despreocupación; quiebra también la unidad del cuerpo
pero borra de todos los símbolos o sustitutos de la sexualidad así aparecen las
anestesias y las parálisis histéricas.
Por último mencionamos que
para el psicoanálisis la transferencia se convierte en un punto básico, un
requisito para lograr avances en el proceso de la clínica, es un medio para
vincular al sujeto con su histeria y
vivencias.
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