sábado, 29 de junio de 2013

Ya no creemos..



UAQ Investigación II
Catedrático: Lic. Jesús Antonio Padilla
Alumnos: Amaru Guadalupe
Castillo Omar
Terrazas Lara Alfredo



Ya no creemos que salud y enfermedad, normal y neurótico se separen entre sí tajantemente ni que unos rasgos neuróticos deban apreciarse como prueba de una inferioridad general. Hoy sabemos que los síntomas neuróticos son formaciones sustitutivas de ciertas operaciones de represión que hemos consumado en el curso, de nuestro desarrollo desde el ninfo hasta el hombre de cultura, que todos producimos esas formaciones sustitutivas, y que sólo su numero, intensidad y su distribución justifican el concepto práctico de la condición de enfermo y la inferencia de una inferioridad constitucional. Pag 122 Tomo II S. Freud


Introducción

Como alumnos de psicología clínica, es importante tener en cuenta, las diferentes visiones que existen de enfermedad y en demasía por razones obvias las que atañen al psicoanálisis y a la medicina.

El psicoanálisis estima a la enfermedad donde un proceso funcional y dinámico, que a diferencia de la medicina la lógica de la enfermedad es otra, ve al ser humano como un organismo biológico y no cuestiona la enfermedad y su fin último es la finiquitación de la misma. Las consideraciones de la medicina respecto a la enfermedad la miden en crónica, aguda y ligera.

Aunque el psicoanálisis y la medicina buscan un fin último en algunos casos similares la medicina no visualiza el sistema psicológico del sujeto o como lo plantea M. Foucault en el texto de Medicina Mental, donde se debe considerar la enfermedad en sus dos dimensiones reales, tanto psicológicas y orgánicas.

 Para la medicina, la experiencia de la enfermedad, se puede resumir en 5 posiciones distintas. La primera es la experimentación de síntoma, a partir de este momento el paciente asume su papel de enfermo que es la segunda posición, la siguiente el paciente toma contacto con el médico y manifiesta su padecer lo cual sigue una dependencia hacia el médico, la rehabilitación del paciente; por  último el paciente abandona su papel de enfermo.

La medicina define a la enfermedad como una esencia natural y no contranatural que se manifiesta en síntomas específicos a la vez evidencias a la enfermedad. La medicina considera que la enfermedad es independiente de cualquier proceso normal del sujeto, es decir la funcionalidad total del sujeto no se ve afecta, a diferencia del psicoanálisis, el trastorno mental psíquico, se entrama en la vida del sujeto, decimos pues que el síntoma cobra sentido.
                                                                                                                                   

Maud Mannoni no nos habla claramente del concepto enfermedad pero menciona que el psicoanalista intentará ayudar al “otro” a buscarlo en otra parte y no allí donde se nos presenta, es decir franquear un acceso hacia su propio inconsciente. Por otro lado debe cuestionar el deseo para lograr un fin.
El medio utilizado es que el deseo pueda ser simbolizado, es decir, que algo que se organice en relación  con una palabra y permita en el sujeto la creación del discurso inconsciente con su efecto de sentido.

En la lectura que se realiza de  M. Mannoni resalta a  partir de su orientación  teórica psicoanalítica que el sujeto enfermo a partir de sus relaciones más tempranas con el Otro.
Un análisis solo es válido cuando es el producto de una demanda.
 Es importante señalar que:  Es a partir de sus relaciones con el  Otro; cuando estas relaciones se convierten en traumática para el sujeto, tratará de olvidar voluntariamente el suceso, esto puede conducir a la creación de un síntoma o varios, produciendo una enfermedad. La evasión de la realidad del suceso traumático, ese no enfrentarse, se traduce en síntoma.


Michel Foucault

El beneficio que el enfermo encuentra en negar su presente refugiándose en la enfermedad reside en su necesidad de defenderse de este presente. La enfermedad engloba al conjunto de las reacciones de huida y de defensa mediante las cuales el enfermo responde a la situación en la que se encuentra.


Ana Freud
Mecanismos de defensa

El histérico utiliza sobretodo la represión sustrae a la conciencia todas las representaciones sexuales; como medida de protección rompe la continuidad psicológica y en sus síncopes psíquicos aparece la inconsciencia, el olvido, la indiferencia que constituyen su aparente despreocupación; quiebra también la unidad del cuerpo pero borra de todos los símbolos o sustitutos de la sexualidad así aparecen las anestesias y las parálisis histéricas.

Por último mencionamos que para el psicoanálisis la transferencia se convierte en un punto básico, un requisito para lograr avances en el proceso de la clínica, es un medio para vincular al sujeto con su  histeria y vivencias.

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