domingo, 30 de junio de 2013

El temor no es real



Posterior a una averia y el accidente de su nave se estrellan contra la el planeta tierra que se encuentra en cuarentena y sin vida humana.
General Cypher Raige a su hijo Kitai: Si vamos a sobrevivir tienes que recordar que el temor no es real..
Es el resultado de tus pensamientos.
No me malinterpretes, el peligro es muy real.
Pero el temor es una elección.

De la disimulación honesta

Se simula lo que no es, se disimula lo que es. Disimular a partir de un gesto, del arte de las señas, sin ruido, en silencio, callando a tiempo. El artificio de la disimulación, que anuda el tolerar, callar y esperar, consiste en no hacer ver las cosas como son. No es un engaño sino un descanso honesto, un moderado olvido, una pausa que se da a una idea o a la verdad antes de que se haga evidente, para mostrarla a su tiempo, cuando le llegue su momento. Sin embargo puede naufragar a consecuencia de la soberbia, la ira y la voluntad de poder, que se apoya en el engaño. El secretario Accetto, quien escribió en el lugar de y para otro, puso a funcionar este artificio para pautar ese pasaje. No se refiere a una cuestión de comunicación sino de goce. Lo que se trama entre un sujeto ya fuese príncipe, loco, místico o incluso analizante y quien es convocado a ese lugar de secretario le concierne al psicoanalista. Prólogo por María Cecilia Jáuregui Lorda para el texto: De la disimulación honesta de Torquatto Accetto colección libros artefacto.

Sólo los muertos....

Solo los muertos han visto el final de la guerra. Platón (427 a. C. – 347 a. C.)

Amor es nostalgia



Una imagen de Remedios Varo que inevitablemente hace referencia al desamor y como cita Freud en lo Ominoso «Amor es nostalgia», se dice en broma, y cuando el soñante, todavía en sueños, piensa acerca de un lugar o de un paisaje: «Me es familiar, ya una vez estuve ahí», hace referenca a lo familiar lo antigûo y que llega a ser terrorífico.....

Una pareja se separa, cada uno siguiendo el recorrido de su camino personal. Mas, los dos caminos son extrañamente similares; casi espejo uno del otro. Evidentemente, la pareja se ha despedido. El gato nos mira curiosamente. ¿Triste, asustado, inquisitivo? Una luz extraña recibe los dos individuos.

Las sombras (¿las almas?) se quedaron atrás, bailoteando, flotando lánguidamente, atraídas una por la otra. Las sombras se acercan, los rostros casi tocándose, sus labios al alcance… Pero no se besan. Como si algo los estuviera deteniendo. ¿Su propia terquedad? ¿El destino? El gato gris nos mira como si fuera un símbolo, como si quisiera indicarnos lo que se esconde a la vuelta de la esquina (¿mala suerte o buena fortuna?) Pero el gato no habla. Solo nos mira.

Y la pareja sigue su rumbo, sin saber lo que hay adelante, solo lo que dejaron atrás.

Somos historias






Morimos con un rico bagaje de amantes y tribus, sabores que hemos gustado, cuerpos en los que nos hemos zambullido y que hemos recorrido a nado, como si fueran ríos de sabiduría, personajes a los que hemos trepado como si fuesen árboles, miedos en los que nos hemos ocultado, como en cuevas. Deseo que todo eso esté inscrito en mi cuerpo, cuando muera. Creo en semejante cartografía: las inscripciones de la naturaleza y no las simples etiquetas que nos ponemos en un mapa, como los nombres de los hombres y las mujeres ricos en ciertos edificios. Somos historias comunales, libros comunales. No pertenecemos a nadie ni somos monógamos en nuestros gusto y experiencia. Lo único que yo deseaba era caminar por una tierra sin mapas. El paciente inglés pág 112, Michael Ondaatje

sábado, 29 de junio de 2013

“Le psychannalyste ne sáutorise que de lui méme”






 
“Le psychannalyste ne sáutorise que de lui méme” [1]
Por: Alfredo Terrazas Lara
«Para constituirse como analista hay que estar tremendamente chiflado; chiflado por Freud, principalmente. Es decir, creer en esta cosa absolutamente loca que se llama el inconsciente y que he tratado de traducir como sujeto supuesto saber» [2]
Jacques Lacan

Freud tiene la visión de tomar por su lado más frágil, el quiebre del cogito ergo sum, en el que se funda toda la cultura occidental.
Es del título de este ensayo de lo que me interesa hablarles, no sin antes llevarlos conmigo a un rodeo discursivo.
Una pregunta se me ocurre:
¿Cuál es el sujeto del psicoanálisis?
Es el empeño mas grande de Freud, dar cuenta a través de su obra, de aquel que yerra, que tiene lapsus, sueños, olvidos; del loco, y hacernos ver que el síntoma es lo mas preciado para este sujeto, y hacer su lectura, (quizás esto pueda ayudarnos a descifrar tan sólo lateralmente esa enigmática frase de Lacan pronunciada en su clase del 17 de febrero del 71: “La mujer no existe”) en una palabra: Inconsciente.
Lacan tiene la habilidad para traducirlo en su clase del 16 de Noviembre del 76, casi al inicio, como el l’une-bévue, y que en comúnmente conocemos como la metida de pata.
Este sujeto del psicoanálisis, es el sujeto del inconsciente, y entendámoslo no hay otro sujeto, más que el sujeto del inconsciente. Este sujeto es diametralmente opuesto al sujeto cartesiano, que se despliega sobre la base fundamental de la razón.
¿Pero cómo acceder a este sujeto?
Los invito pues hacerse hijos del inconsciente.
Este sujeto del inconsciente tiene una forma de acceso, a través de la transferencia, del discurso, de la interpretación, del análisis.
Con esto espero, apuntemos ya a cierto lugar en relación a la transmisión del psicoanálisis.
En 1919 Freud publica el artículo ¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la universidad? Dejando de lado la posible cuestión política que este artículo pudiese tener, es un artículo insólito, pues no solamente es publicado en una revista médica, sino por su temática en si.
Freud nos dice:
Es indudable que la incorporación del psicoanálisis a la enseñanza universitaria significaría una satisfacción moral para todo psicoanalista, pero no es menos evidente que este puede, por su parte, prescindir de la universidad sin menoscabo alguno para su formación.
Esto quizá no sea agradable para algunos, pero Freud es tajante, no es indispensable la enseñanza universitaria para la formación del analista. Esto parece no tener precedentes, pues uno de los sueños de Freud era que el psicoanálisis mismo fuese reconocido dentro de la universidad como un conocimiento científico.
Esto nos llevará a preguntarnos entonces ¿Cuál podría ser la relación de la Universidad con el psicoanálisis, para la posible formación de analistas?
En un artículo que se encuentra incorporado en sus escritos 1, que se titula: Función y campo de la palabra en psicoanálisis.... Lacan nos dice:

Pero a la vez puede también captarse en él que la dialéctica no es individual y que la cuestión de la terminación del anillo es la del momento en que la satisfacción del sujeto encuentra cómo realizarse en la satisfacción de cada uno, es decir, de todos aquellos con los que se asocia en la realización de una obra humana. Entre todas las que se proponen en el siglo, la obra del psicoanalista es tal vez la más alta porque opera en él como mediadora entre el hombre de la preocupación y el sujeto del saber absoluto. Por eso también exige una larga ascesis subjetiva, y que nunca sea interrumpida, pues el final del análisis didáctico mismo no es separable de la entrada del sujeto en su práctica.
Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes. Para las tinieblas del mundus alrededor de las cuales se enrolla la torre inmensa, que deje a la visión mística el cuidado de ver elevarse sobre un bosque eterno la serpiente podrida de la vida. [3]

Lacan nos orienta un poco, pues aquel que pretenda ser psicoanalista no podrá menos que estar al tanto del conocimiento que le ayude a entender el mundo en que vive, y no sólo desde la teoría psicoanalítica, tendrá que estar al tanto de la dialéctica del pensamiento del hombre.
Tenemos pues que para la formación del analista no sólo tendrá que haber transitado por el análisis mismo, sino que tendrá que dar cuenta al final del mismo del deseo de ser analista para otro analizante, y que no es necesaria una correspondencia temporal en cuanto a la formación teórica que este desee buscarse.
Habrá que reconocer pues que en el caso de la Facultad de Psicología de la UAQ, cumple con un papel en la formación no terminal tanto de psicólogo clínico, como de posibles psicoanalistas, en los primeros al ofrecer un espacio de enseñanza clínica y teórica orientadas en algunos casos en la técnica del psicoanálisis, pero principalmente como formadores de profesionales orientados al tratamiento de pacientes, y en el segundo caso al ofrecer también una enseñanza de teorías psicoanalíticas y si después de esto el sujeto atraviesa el análisis y concluye descubriendo en su ser el deseo de ser analista para otro, bien vale decir que la Universidad habrá contribuido a la formación de un analista. Pero la cuestión del análisis tendrá que ser por una demanda y por una cuestión de síntoma que vendrá del Otro con mayúscula y no por la demanda y por el síntoma de otro con minúscula.
El problema de la formación de analista, podrá tomarse desde este antropocentrismo, desde el que busca saber desde el psicoanálisis, ya que éste podrá o no aprovechar lo que la Universidad le ofrece, pero no será hasta tiempo después (¿cuanto? No lo sé) que él mismo podrá definir su posición como psicólogo clínico o como psicoanalista.

[1][1] “El único que autoriza al psicoanalista es él mismo” o “El psicoanalista sólo se autoriza a partir de él mismo” Traducción que aparece en Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela, Versión cd.
[1][2] Lacan en 1978, en oportunidad de las jornadas de estudio sobre el pase.(Lettres de l’ÉFP, nº 23).
[1][3] Escritos 1, Capitulo 4, Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, Las resonancias de la interpretación y el tiempo del sujeto en la técnica psicoanalítica. Jacques Lacan. Versión Cd. Nota: las itálicas son mías
Publicado también en: http://www.uaq.mx/psicologia/lamision/alfredoterrazas.html

PALABRA VACÍA PALABRA PLENA



UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO






PALABRA VACÍA  PALABRA PLENA










ALUMNO: ALFREDO TERRAZAS LARA




QUERÉTARO QRO. A 24 DE MAYO DEL 2001






INTRODUCCIÓN

La experiencia freudiana no es para nada pre-conceptual. No es una experiencia pura. Es una experiencia verdaderamente estructurada por algo artificial que en la relación analítica, tal como lo constituye la confesión que el sujeto hace al medico, y por lo que el medico hace con ella, menciona Jacques Lacan en su Seminario La psicosis, Clase 1 Introducción a la cuestión de las psicosis del 16 de Noviembre de 1955.

La intención de este trabajo es hacer una extensión de lo que se ha venido comentando, no-solo una vez  en clase. La Palabra vacía y la palabra plena. Pero que es lo que hay con relación a aquello?. Todo lo que se pueda extraer será para un trabajo más extenso, lo único que se pretende con este ensayo es intentar hacer mención sobre lo que es la palabra plena y la palabra vacía y algunas de sus implicaciones en la clínica.

Pero que es lo que el analista hace con lo que el sujeto le confiesa, no se reduce a la pura escucha, ni comprenderlo, lo cual es puro espejismo, ser empatado con aquel; sentido común, simple y sencillamente.


 
DESARROLLO

Si Freud habla de la asociación libre y la atención flotante, como la principal herramienta para el análisis en la clínica, aunada a la interpretación de lo que el sujeto dice. Lacan encontrara mucho más amplio la función de escuchar al otro. Antes de hablar de la escucha, esta primero lo que dice el otro.

No es acaso la Palabra plena en tanto que realiza la verdad del sujeto, no es  acaso el inconsciente del cual nos habla Lacan, articulado como un lenguaje, aun cuando no este reconocido. Inconsciente como aquello que es vencido por la acción de la represión y que retorna, siempre esta ahí, y se expresa de forma muy bien articulada en los síntomas y en muchos otros fenómenos. Como forma de producción continua anacrónica, la cual sorprende en un instante, y en otro ya no lo es más. Precisa de un pescador en extremo hábil, que permita su producción, y no solo permita; que actúe en el momento único de producción, señalando, permitiendo una decantación de significados propios al sujeto, que permitan un tiempo, tiempo de elaboración. Palabra plena, cuestión en estrecha relación con lo que el sujeto tiene que realizar en el hic et nunc.





Esquema obtenido del: Seminario Las relaciones de objeto, Clase 1, 21 de Noviembre de 1956, J. Lacan.

Palabra que se per-sigue; del sujeto al Otro, “palabra virtual por la que el sujeto recibe del Otro su propio mensaje, bajo la forma de una palabra inconsciente”(1) , palabra que le esta prohibida, hay que descubrirla, trabajo del análisis, puntuación única. Detenida por la interposición de  la relación imaginaria entre él yo y el otro.
Lacan no solo una vez menciona y no deja la oportunidad cuando se le presenta para recordarnos la importancia de la palabra, en el análisis: “Ya se dé por agente de curación, de formación o de sondeo, el psicoanálisis no tiene sino un medium: la palabra del paciente. La evidencia del hecho no excusa que se le desatienda, toda palabra llama a una respuesta.”(2).

Savoir faire, saber hacer, trabajo del análisis, hacer con aquella palabra, tanto quien la escucha, como quien la dice, uno la trabaja, puntuándola; otro hace.

Trabaja con la palabra; certezas, con las que se ha realizado de alguna forma el sujeto, romper certezas.


Por vació que aparezca en su valor facial: el que justifica la frase de Mallarme cuando compara el uso común del lenguaje con el intercambio de una moneda cuyo anverso y cuyo reverso no muestran ya sino figuras borrosas y que se pasa de mano en mano “en silencio”. Esta metáfora basta para recordarnos que la palabra, incluso en el extremo de su desgaste, conserva su valor de tesera. (de intercambio). Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, Cap. 1, Palabra vacía y palabra plena en la realización del sujeto. Pag. 241.

Pareciera ser que no existe diferencia entre una y otra, la palabra conserva de modo alguno su valor, en el sentido de seguir siendo una producción, no espera, pero susceptible de capturar en su tiempo.

Aun si la palabra no expresa nada, sigue comunicando algo, comunica verdad, oculta para el sujeto, pero siempre será su verdad, discurso que no entiende, ni atiende, posibilitado para su captura.


(1): Seminario: Las relaciones de objeto, Clase del 21 de Noviembre de 1956, Jacques Lacan.
(2): Escritos 1, Cap. Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis.

Por eso el psicoanalista sabe mejor que nadie que la cuestión en él es entender que “parte”  de ese discurso esta confinado el termino significativo, y es así en efecto como opera en el mejor de los casos: tomando el relato de una historia cotidiana por un apólogo que a buen entendedor dirige su saludo, una larga prosopopeya por una interjección directa, o al contrario un simple lapsus por una declaración harto compleja, y aun el suspiro de un silencio por todo el desarrollo lírico al que suple.
Es estar advertido que en el discurso una parte es considerada como significativa; el discurso del sujeto, aparentemente esta dirigido hacia alguien, en el sentido de no ser palabra plena, de la cual nos habla sin decir palabra, pero su contrario, llega cargada de verdad plena para el sujeto, aun si no la comprende, ni escucha.

“Así, es una puntuación afortunada la que da su sentido al discurso del sujeto. Por eso la suspensión de la sesión de la que la técnica actual hace un alto puramente cronométrico, y como tal indiferente a la trama del discurso, desempeña en el un papel de escansión que tiene todo el valor de una intervención para precipitar los momentos concluyentes. Y eso indica liberar a ese termino de su marco rutinario para someterlo a todas las finalidades útiles de la técnica.” Escritos 1, Cap. Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, J. Lacan.

Palabra vacía, como la situación en la que el sujeto se extravía en las maquinaciones de la cultura, de la cual el mismo es participe, como el discurso más coherente, habla sin decir, lleva pero nada. Pero como no confundirla con escucha vacía, permitirse señores el no entiendo nada de nada. Docta ignorancia, sobre todo, pues el sentido viene enseguida.

Una paciente, madre que no acepta como es su hijo, mas bien no acepta el por que es su hijo así; me platica una historia en la que su hijo fue embrujado, y condenado a ser un don nadie; señora, no entiendo lo que usted me acaba de decir: no puedo aceptar que mi hijo sea como es, un ladrón. Justificación para su hijo, él es así por que lo embrujaron y no puedo aceptar que es así, por que no pude poner un alto a tiempo.


CONCLUSIONES

Como mencione en la introducción, no es este ensayo mas que una continuación de las clases vistas, es posible que no mencione nada nuevo, pero el material, de por si lleva su peso.

Quédame claro que antes de poder escuchar, es preciso haber sido escuchado primero, la condición del análisis, pero también cierto es que para que exista análisis, es necesario que se pueda formular una interrogante.

Permítanse decir no entiendo, docta ignorancia, condición de sorpresa, para la escucha dentro del análisis.

Savoir faire, mucho que aprender de la clínica, saber hacer; análisis no es nada mas que escuchar, permitir que el otro en su discurso se permita el vacio de lo no explicado, de lo no entendido.

Palabra vacía o escucha vacía, Lacan solo menciona la palabra vacía, pero tal vez como principiantes de la clínica, seria más común la escucha vacía, en el sentido de no escuchar al otro, o atender de forma psicológica, sin el saber hacer; se presenta como un reto particular, pues sin el análisis propio como pretender escuchar al otro, sino has sido escuchado, si no se ha transitado por el análisis.

BIBLIOGRAFÍA

Lacan, J. Escritos 1, Cap. Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis.

Lacan, J. Esquema obtenido de: Seminario: Las relaciones de objeto, Clase del 21 de Noviembre de 1956.

Lacan, J. Seminario: Los escritos técnicos de Freud, Clase del 17 de marzo de 1954.

Lacan, J. Seminario 3 La psicosis, Clase del 16 de Noviembre de 1955.

Psicoanálisis y posmodernidad



Psicoanálisis y posmodernidad

Psicólogo clínico Alfredo Terrazas Lara
Resumen—En el presente trabajo se realizá un análisis y conclusiones del sujeto actual y de la clínica, la actualidad del psicoanálisis, y las propuestas que el psicoanálisis ofrece para el tratamiento del nuevo sujeto producto de la posmodernidad. Se intenta definir el nuevo sujeto producto de la actualidad y que en ocasiones puede no ser identificado por su razonamiento lógico, se cuestiona la actualidad del psicoanálisis para el tratamiento de este nuevo sujeto, y por último se exploran varias posibilidades para trabajar con este nuevo sujeto.
Abstract—In this work an analysis and conclusions of the present subject and of the clinic, currently of psychoanalysis, and the proposals that the psychoanalysis provides for the treatment of the new subject product of post-modernity. We trya to define the new subject product now, and who sometimes may not be indentified by its logical reasoning, is called into question the relevance of psychoanalysis to the treatment of this new subject, and finally explore several possibilities to work with this new subject.
Descriptores—Piscoanálisis, posomodernidad, transferencia, práctica clínica.



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1   Introducción


E
l tema que se va a bordar trata sobre la práctica clínica y para ellos vamos a hablar desde 3 puntos: “El sujeto actual y de la clínica”, “La actualidad del psicoanálisis” y “Las propuestas del psicoanálisis”.
“El sujeto actual y de la clínica.
Antes de hablar de una propuesta clínica, me parece más pertinente hablar del suejto actual ya que desde aquí parte una propuesta clínica.
Y para entrar en materia, hay que abrir los ojos y mirar, también es necesario escuchar lo que estamos viviendo: los fenomenos actuales.
Nos encontramos con una tecnificación impresionante, como nunca antes vista, la posibilidad de tener en nuestras casas lo que ningún emperador romano soñó tener, comunicaciones en fracciones de segundo, servicios médicos, televisión por vía satelital de cualquier parte del planeta, internet con acceso a casi cualquier tipo de información, tod esto no permiten un estilo de vida actual, la individualización colectiva, la que permite un sistema autorreferencial o arreferencial que excluye al otro e inclusive a Dios. (Dufour, 2002).
México se ha convertido en caldo de cultivo de un grupo de sujetos que se autodenominan “La Mara Salvatrucha”, una nueva forma gregaria para todos aquellos que no encuentran respuestas, trabajo y educación, en la sociedad, en la que cometen actos contra la sociedad, para los cuales no hay futuro y su certeza del presente se sostiene con tres realidades trágicas marcadas en el cuerpo con tres puntos: el hospital, la cárcel y la tumba. Cuerpos marcados por la violencia y el tatuaje de tres seises.
Asistimos en los últimos años a una nueva forma de hacer la guerra: “el terrorismo”, que con el pretexto de buscar paz haciendo la guerra, encuentra su blanco perfecto en los civiles, rostros de mujeres, niños, ancianos y jóvenes masacrados, exterminados con el uso de tecnología más avanzada y de un dogmatismo religioso.
Con los Beatles se vivió una forma de hacer el amor sin prostitución, una forma de consumir drogas sin narcotráfico. Hoy la prostitución, y las drogas alcanza a los niños y adultos por igual, con un acceso público y fácil.
Surgen nuevas formas de acceder al otro sin su presencia, la televisión, la radio, los celulares, los medios escritos y el internet, nos permiten formas de convivencia en los cuales puedo votar por el artista favorito, participar en sorteos, acceder a los horóscopos y el destino por medio de las cartas, recibir consejos de cómo relacionarme con la pareja, me cuentan chistes, me dicen el clima y el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito, y si esto no fuera poco , hasta me dan terapia.
El nuevo sujeto requiere de marcar su cuerpo, con tatuajes a la vista de todos, busando un lector que descifre su escritura, lo no dicho.
Al sujeto de hoy ya no le son suficientes los agujeros del cuerpo, hay que hacele más y no sólo eso, hay que atravesarlos con pequeños pedazos de metal.
Este sujeto se encuentra amenazado por un espejo que no le muestra un ideal comercial, que tiene hambre de comer “nada”, que se sostiene en el imperio de los símbolos y al comer “nada”, nada como pez en el agua del lento suicidio.
Se convierte en un apático de la política de sus formas y manifestaciones, buscando el goce en la metamorfosis de sí mismo: “cuerpos con pechs y pene gracias a una cirugía, cuerpo con vagina y sin pechos gracias a la anorexia”
Freud nos proponía un sujeto neurótico y psicótico por una figura del padre imponente, que mostraba el rostro de la ley, hoy ese padre se ha debilitado, y el neurótico ya no sufre por la cercanía de ese padre, ahora sufre por su lejanía, el psicótico ya no ofrece delirios en torno al padre o en torno a Dios como el caso del jurista protestante alemán. (Schreber, 2003).
Todos estos fenómenos sociales están a golpe de vista.
Una mujer estadounidense de treinta años que una tarde se encuentra deprimida, tras recurrir a una botella de whisky, bebe más de lo debido, al grado que se termina la botella; esta mujer estaba embarazada. Al día siguiente la dama aborta, está furiosa de perder a su bebé, llama a su abogado, a quien le pide que inicie una demanda contra el fabricante de whisky, por que a su consideración omitieron indicar en la botella que el consumo de alcohol no es aconsejable en lo absoluto para mujeres embarazadas. El litigio se lleva a cabo y la demandante consigue finalemente una suma colosal por homicidio involuntario. (Dufour, 2002, pág. 155).
Otro caso: un señor también norteamericano que tiene un perro al que adora, un día, después de una salida al campo el pequeño Droopy regresa cuberto de lodo. El propietario del perro lo llava y como el animal empieza a temblar de un modo que le parte el alma, obedece sólo a la voz de su corazón y mete a Droopy a secar dos minutos…..en el microondas. Ya se imaginaran lo que sigue, tan pronto como está en la máquina, el animal sufre una implosión; el espectáculo es terrible y el hombre queda aterrado: él no sabía, la cólera lo domina, descuelga el teléfono, interpone una demanda con el fabricante de hornos, que no había indicado en el instructivo que el aparato no era adecuado para secar perros y gana la demanda y recibe una cantidad de dinero por la pérdida de su fiel amigo. (Dufour, 2002, págs. 155,156).
Último caso, sucecido en México: hace algunos años, José Luis Nieto Ávila, un mecánico de 56 años que vivía cerca de un kinder, cansado de acudir a diferentes autoridades, un día pasa al acto. Su lugar de trabajo, ubicado al final de un callejón. El único acceso al callejon se ve cotidianamente invadido por niños del kinder que no cuentan en su escuela con un lugar para jugar y rendir honores la bandera. Un día los pequeños y sus maestras se encuentran rindiendo honores en la calle, José Luis Nieto no puede esperar y ante el coraje, arrolla a los pequeños pupilos y sus maestras. Ofrecido por las autoridades a los medios de comunicación el sujeto dice: “yo los atropellé, porque ya me acabó, haga de cuenta, ya me desesperé”. (Salinas Cesareo, 2002). (Youtube, 2011).
Estos casos nos muestran, lo que Dany-Robert Dufour llama una psicosis fría, sujetos marcados por la ausencia en su discurso del delirio. Sujetos sostenidos en una nueva forma referencial, jusificados por un “yo no sabía” o aunque lo sabía “lo hice”. Sujetos a los que la referencia del otros no es suficiente. (Dufour, 2002, pág. 150).
Freud tiene la visión de tomar por su lado más frágil el quiebre del “cogito ergo sum”, en el que se funda la cultura occidental.
Es el empeño más grande de Freud dar cuenta a través de su obra, de aquel que yerra, que tiene lapsus, sueños, olvidos; el loco, y hacernos ver que el síntoma es lo más preciado para este sujeto, y hacer su lectura, en una palabra: inconsciente.
Lacan tien la habilidad para introducirlo en su clase del 16 de noviembre de 1976, casí al inicio, como el “l’une-bévue” y que comúnmente conocemos como la metida de pata. (Lacan, 2003).
Este sujeto del psicoanálisis, es el sujeto del inconsciente y es diametralmente opuesto al sujeto cartesiano que se despliega sobre la base fundamental de la razón.
Este sujeto del inconsciente tiene una forma de acceso, a través de la transferencia, del discurso, de la interpretación, de la escucha, de la puntuación y de la escansión, es decir a través del trabajo clínico.
La música actual, la música de vanguardia, nos muestra una expresión del hombre de hoy, una música melancólica, fría, ha dejado la alegría y la potencia que nos mostraba unas décadas atrás. Este predominio de lo meláncolico podría estar mostrándonos una cara de la locura: la depresión, tal como la nombra la psiquiatría.
El arte reflejado en la pintura de Salvador Dalí y de Rene Magritte nos ofrece un nuevo concepto que para la Cidad de México se convierte en una expresión cotidiana: Lo imposible sucede.
Nos econtramos con un nuevo tipo de familia, hijos educados por familiares o instituciones, padres que dejan a los hijos para buscar un sustento, familia en las que la mujer toma el lugar del padre, educa y trabaja. ¿Cuál será la factura a pagar? Niños educados fuera del cobijo familiar, esto lo veremos en su máxima expresión en los próximos años.
Trazo número dos: Actualidad del psicoanálisis.
Quizá en este preciso momento algún lector estará pensando y cunestionándose: ¿Pero que no el psicoanálisis ya esta pasado de moda, ya nadie quiere saber sobre esa cosa llamada incosnciente?, ¿Qué acaso no podríamos dejar al viejo Freud descansar de una vez por todas?, ¿Cuál es la actualidad del psicoanálisi, si es que acaso la tiene?
Pues bien estas preguntas yo mismo llegue a plantearme en su momento, y que accidentalmente me mostraron una respuesta en otra lectura.
Recuerdo, cuando transitaba por la universidad en la facultad de psicología, un compañero, muy frecuentemente recitaba una frase que no olvido. Nos decía “el psicoanálisis es como un grillo, nunca deja de hacer ruido”, el brillo que ofrecía esta frase para mi en aquellos tiempos fue a título personal, pues desde que el psicoanálisis me mordio, siempre ha estado cuestionándome las más diversas cosas en mi vida personal, en mi trabajo clínico y en mi labor como psicopedagogo.
Hace algunos años, ante la invitación de un colega, asistí en el centro histórico de la ciudad de México a la presentación de un libro y para variar de psicoanálisis, el autor Daniel Gerber del cual poco o casi nada había escuchado, pero me llamo la atención por el título de su nuevo texto: “El psicoanálisis en el malestar en la cultura” no logré entener ni una pizca de lo que se trataba. (Gerber, 2005).
En la mesa principal de un amplio salón, con paredes pintadas de un blanco ostión, se encontraban tres figuras además de Daniel: el filósofo Alberto Constante, el psicoanalísta Helí Morales y el sociólogo Alejandro Payan. Cual fue mi sorpresa encontrar a estos representantes de dos disciplinas distintas al psicoanálisis, haciendo un despliegue interesante: el diálogo. Pero no terminó aquí el asunto hubo algo más, Helí Morales comento casi al inicio de su presentación lo siguiente: “El psicoanálisis es malestar en la cultura o no es”, y de pronto se reveló nuevamente una verdad que se repetía en la graciosa frase que mi compañero de clases recitaba: “El psicoanálisis es como el latoso del grillo, no deja de chingar”.
El psicoanálisis apunta y digo apunta en sus dos lecturas, la primera: señala lugares a los cuales no siempre queremos saber y ver; su otro sentido, es que siempre tendrá una relación muy estrecha con la escritura.
Una propuesta freudiana que por su importancia, sigue ofreciéndonos respuestas y no sólo al interior del psiconanálisi: el padre, y si me permiten voy a citar un libro que me parece pertinente en relación al padre:
“Es interesante observar que la palabra “patrimonio” tiene su origen en el griego y alude al padre y al verbo moneo”, que se traduce como “hacer saber”, “hacer recordar”. Entonces, el patrimonio es literalmente “lo que recuerda al Padre” a diferencia de matrimonio, que será “lo que recuerda a la madre”. Debe entenderse que el patrimonio cultural existe en la medida en que lo cultural constituye el patrimonio más representativo de cada pueblo. En sí mismo, el patrimonio tiene capacidad para impulsar un sentimiento de afirmación y pertenencia, puede afianzar o estimular la conciencia de identidad que permite resguardar acciones culturales propicias a la integración. (Baez, 2004).
La actualidad de la clínica del psicoanálisis se nos ofrece sobre la advertencia de la transferencia, que a mi gusto es un arma de dos filos, y entendamos filos, en su origen, es decir amor, la transferencia se encuentra en el orden del amor y el desamor, mejor conocida como transferencia y la contratransferencia y lo que también es importante señalar que este amor se desenvuleve en ambos lados de la clínica, es decir tanto paciente como el que lo escucha.
Trazo número tres: Propuestas del psicoanálisis.
Una apuesta lacaniana sobre un indicio del trabajo clínico nos lo ofrece en su clase del 12 de abril de 1967 y cito de forma textual: “el inconsciente estructurado como un lenguaje”, podríamos entonces a título personal hacer un anclaje con el subtítulo de un texto de Michel Arrivé en el que podemo leer: “Saber escuchar y poder hablar es la única posibilidad de cura. Todo lo demás es inútil y dañino” (Arrivé, 2001).  Y si esto no fuera suficiente del todo, podría citar en éste momento la famosa frase de la señorita Anna O., paciente de Freud en el año de 1881 “the talking cure” o mejor conocida en castellano como: “La cura por la palabra”.
Otra apuesta desde lo freudiano es la repetición, pero no olvidemos que la nueva repetición contiene o algo nuevo o algo no dicho, como en el caso del cine y me refiero en especial al cine en relación a la segunda guerra mundial, en el que de forma cíclica vemos que sigue el interés en mostrarnos algo que no se termina por decir y comparable a una frase expuesta en la película norteamericana: “sólo los muertos pueden dar cuenta de que la guerra concluyó”.
En el año de 1995 se publica en francia y en el 98 se publica en México el texto “Erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca” de Jean Allouch, que nos ofrece ante esto que desde la psiquiatría se llama depresión, permitir que en algunos casos alguien pueda poner en otra palabra esta tristeza com oun duelo. O bien del mismo autor su texto Letra por letra nos ofrece una apuesta muy interesante en relación a la cura, “la cura como pasar a otra cosa” o colocarse en otro lugar podría ofrecer en el trabajo clínico una posibilidad más.
Así pues desde esta visión y estas propuestas el psicoanálisis se muestra como una de las propuestas más humanistas, ¿Pues no es acaso el amor, el sufrimiento, el duelo, el dolor, la muerte, el suicidio, la guera, las adicciones, el padre, la madre, el lapsus, los olvidos, los sueños y la locura misma, lo más humano del hombre?.
Para concluir este último trazo, el psicoanálisis hace suya la propuesta del Elogio de la estulticia y la forma tan grosera de Alonso Quijana de mostrarnos que la locura sigue habitándonos y no existen los no-locos. (Rótterdam, 1998). (Cervantes, 2005).
Hoy sigue quedando claro que la importancia del análisis y la revisión de casos, para quien la práctica clínica, como recurso indispensable, en que nos encontramos con tan variadas prácticas y de las que el psicoanálisis no pues más que ofrecer otra propuesta más.

Conclusión

En un artículo que se encuentra incorporado en sus Escritos 1, que se titula “Función y campo de la palabra en psicoanálisis…Lacan nos dice:
“Pero a la vez puede también captarse en él que la dialéctica no es individual y que la cuestión de la terminación del anillo es la del momento en que se encuentra cómo realizarse en la satisfacción de cada uno, es decir, de todos aquellos con lo que se asocia en la realización de una obra humana. Entre todas las que se proponen en el siglo, la obra del psicoanalista es tal vez la más alta por que opera en él como mediadora entre el hombre de la preocupación y el sujeto del saber absoluto. Por eso también exige una larga ascesis subjetiva, y que nunca sea interrumpida, pues al fina del análisis mismo no es separable de la entrada del sujeto en su práctica.
Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes. Para las tinieblas del mundus alrededor de los cuales se enrolla en la torre inmensa, que deje la visión mística el cuidado de ver elevarse sobre un bosque eterno la serpiente podrida de la vida. (Lacan, 2003)
Y para concluir: tenemos también cada psicólogo la apuesta de hacer lo imposible y ¿ustedes apuestan?

Agradecimientos
Mi más sincero agradecimiento a mi esposa Paty por el apoyo brindado y la escucha activa para entender los argumentos aquí vertidos y a mis maestros de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Psicología.
References

Bibliografía

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Semblanza del autor

Terrazas-Lara Alfredo. Realizó sus estudios en psicología clínica en la Facultad de Psicología en la Universidad Autónoma de Querétaro, ha laborado desde el 2005 para la Universidad del SABES, realizando trabajo clínico y pedagógico, coordinador de tutorías y maestro de materias de formación humana, conferencista y tallersitas de diversas temáticas.